Si tiene un hidromasaje en casa o está pensando en comprar uno, seguramente ha escuchado que los niños no deben ingresar a los hidromasajes, aunque probablemente no sabe porqué. Aquí les presentamos la explicación.
En principio, un jacuzzi o hidromasaje no es igual que una piscina: las bañeras de hidromasaje poseen bombas que lanzan agua y aire a presión, lo que genera turbulencia. Esta turbulencia puede ser peligrosa para los más pequeños, pues puede producir ahogamientos. Cuanto más pequeño el niño, mayores son sus posibilidades de ahogarse.
Otro problema generado por las bombas y los filtros es el de la succión. Los hidromasajes tienen tomas y salidas de agua poderosas que pueden succionar a los niños, especialmente si son pequeños. Una forma de evitarlo es fijar una rejilla con orificios pequeños, de tal forma que no haya posibilidad de que un piecito o manito quede atrapado allí.
Los niños pequeños no son capaces de regular su temperatura corporal. Es por eso que en los primeros meses de vida se los viste con prendas de lana suave, incluso en el verano. La exposición a la alta temperatura del agua de un hidromasaje (normalmente de 38 – 40ºC) durante más de cinco minutos puede hacer que su temperatura corporal se desregule y aumente demasiado, produciendo fiebre. Esto es especialmente grave en los niños pequeños y por este motivo los niños de menos de tres años no deben ingresar al hidromasaje.
No permita que sus hijos ingresen solos al hidromasaje aunque sean mayores. Esté siempre presente, pues un accidente puede ocurrir en cualquier momento, en especial si se distrae o están solos, y debe ser capaz de apagar la bañera de hidromasaje rápidamente.
Las embarazadas tampoco deberían utilizar el jacuzzi, especialmente en el primer trimestre pues se ha demostrado que el agua caliente a presión puede producir desde abortos espontáneos hasta malformaciones en el feto, especialmente cefálicas y del sistema nervioso central. Cuidándose y cuidando a sus hijos todos podrán disfrutar del hidromasaje con comodidad.